Mira que mundo de cara al fin del mundo, culturas ancestrales dicen que el 2012 se acaba, aquejado de injusticia y banalidad. Que resurge, que renace, que despierta una nueva humanidad, es el mensaje de los que profesan la nueva era, que los seres de luz sembraron este mundo por encargo divino dicen…
Que dirán el 2012, si mientras escribo este apunte en un café, comiendo crocante de manzana y bebiendo una infusión, del otro lado del vidrio veo un niño pie en el suelo, plagado de secreciones nasales pidiendo limosna. Seguro nos darán el visto bueno para escalar a una nueva dimensión humana.
Recordando a Vallejo, que decía, ninguna obra de arte vale más que el meñique de un individuo. Yo apuntarían, ningún contrato publicitario, de imagen, de representación vale más que la educación de un niño.
Un mundo justo, para no ir muy lejos, un país justo, la clase política es protegida por sus máximos dirigentes. Sanguijuelas, asesinos de mascotas, ladrones de servicios son dignos peruanos, padres de la patria, hay que respetar su investidura, dicen. Si un fulano ajeno a su entorno comete un error hay que quitarle la nacionalidad.
Como un actor, futbolista, un asesor político puede recibir exorbitante paga, bien que la ganen, sin embargo donde está el maestro, el policía, la brecha tiene que ser tan dispar, o las distancias sociales, económicas nutren la dinámica del sistema, sistema de algunos, dicen.
Hemos dado saltos de gigante en tecnología, en gestión, en mercadeo, pero ni medio paso de infante por los derechos humanos, como institución solo existen para los trasgresores, para los asesinos, para que no les falte nada en prisión, para la foto, para la portada, mataron a un transeúnte, a un humilde reciclador por unas monedas, un muro aplastó a un obrero, un bus se clavó en una casa y arrasó con toda la familia, a quién le importa, será noticia de un día, su familia los llorará unos días, ya se les pasará, son sub humanos. Muere un terrorista, un avezado delincuente, un agitador, un radical, alguien que abiertamente atenta contra los derechos de las personas en un enfrentamiento con las fuerzas del orden… Oh primera plana, sin piedad, se ensañaron, donde están los derechos humanos, la prensa a investigar, y de ahí se come carne cruda un buen rato. Al final nadie es culpable, todo pasa, todo es impune, justicia con precio dicen.
Mundo raro, un jefe de estado que mantiene una guerra, que autoriza venta de armas es condecorado y reconocido como ícono de la paz. Nunca nadie ha dado tantas esperanzas para un mundo mejor, dicen. En alguna otra dimensión, Nobel inventor de la dinamita debe haber estallado de júbilo.
La naturaleza, la madre tierra está incomoda, se rasca la espalda cada vez más, aquí y allá poblada de forúnculos humanos que la carcomen, la Cumbre de Copenhague sería el ungüento, el alivio dicen, fue el barreno para seguir cavando. Al sistema desmedido de mercancías y explotación de recursos no le hace gracia una nueva normativa, no ve el mañana de la humanidad, ve el hoy del dinero gigante, todo se acaba, los bosques, los mares. Casi la cuarta parte de la población mundial, aún vive en simbiosis con la naturaleza, la respetan como siglos atrás dicen, sin embargo son los que más sufren, los que menos tienen, la madre tierra ya no da, el impacto de la gran ciudad, desequilibra todo, dicen.
Acaso la injusticia es una prueba de elevación, una prueba contemplada por nuestros padres celestes al obsequiarnos la razón, que nos ha llevado a vivir en libertades, dicen. Realmente hay libertad en un mundo en que no se puede comer, que está lleno de cercos materiales e ideológicos, los dados echados están, a unos les toca ahora a los otros tal vez después, o en otra vida, entonces lo injusto es lo justo como requisito para superar esta adolescencia humana.
Que dirán el 2012, si mientras escribo este apunte en un café, comiendo crocante de manzana y bebiendo una infusión, del otro lado del vidrio veo un niño pie en el suelo, plagado de secreciones nasales pidiendo limosna. Seguro nos darán el visto bueno para escalar a una nueva dimensión humana.
Recordando a Vallejo, que decía, ninguna obra de arte vale más que el meñique de un individuo. Yo apuntarían, ningún contrato publicitario, de imagen, de representación vale más que la educación de un niño.
Un mundo justo, para no ir muy lejos, un país justo, la clase política es protegida por sus máximos dirigentes. Sanguijuelas, asesinos de mascotas, ladrones de servicios son dignos peruanos, padres de la patria, hay que respetar su investidura, dicen. Si un fulano ajeno a su entorno comete un error hay que quitarle la nacionalidad.
Como un actor, futbolista, un asesor político puede recibir exorbitante paga, bien que la ganen, sin embargo donde está el maestro, el policía, la brecha tiene que ser tan dispar, o las distancias sociales, económicas nutren la dinámica del sistema, sistema de algunos, dicen.
Hemos dado saltos de gigante en tecnología, en gestión, en mercadeo, pero ni medio paso de infante por los derechos humanos, como institución solo existen para los trasgresores, para los asesinos, para que no les falte nada en prisión, para la foto, para la portada, mataron a un transeúnte, a un humilde reciclador por unas monedas, un muro aplastó a un obrero, un bus se clavó en una casa y arrasó con toda la familia, a quién le importa, será noticia de un día, su familia los llorará unos días, ya se les pasará, son sub humanos. Muere un terrorista, un avezado delincuente, un agitador, un radical, alguien que abiertamente atenta contra los derechos de las personas en un enfrentamiento con las fuerzas del orden… Oh primera plana, sin piedad, se ensañaron, donde están los derechos humanos, la prensa a investigar, y de ahí se come carne cruda un buen rato. Al final nadie es culpable, todo pasa, todo es impune, justicia con precio dicen.
Mundo raro, un jefe de estado que mantiene una guerra, que autoriza venta de armas es condecorado y reconocido como ícono de la paz. Nunca nadie ha dado tantas esperanzas para un mundo mejor, dicen. En alguna otra dimensión, Nobel inventor de la dinamita debe haber estallado de júbilo.
La naturaleza, la madre tierra está incomoda, se rasca la espalda cada vez más, aquí y allá poblada de forúnculos humanos que la carcomen, la Cumbre de Copenhague sería el ungüento, el alivio dicen, fue el barreno para seguir cavando. Al sistema desmedido de mercancías y explotación de recursos no le hace gracia una nueva normativa, no ve el mañana de la humanidad, ve el hoy del dinero gigante, todo se acaba, los bosques, los mares. Casi la cuarta parte de la población mundial, aún vive en simbiosis con la naturaleza, la respetan como siglos atrás dicen, sin embargo son los que más sufren, los que menos tienen, la madre tierra ya no da, el impacto de la gran ciudad, desequilibra todo, dicen.
Acaso la injusticia es una prueba de elevación, una prueba contemplada por nuestros padres celestes al obsequiarnos la razón, que nos ha llevado a vivir en libertades, dicen. Realmente hay libertad en un mundo en que no se puede comer, que está lleno de cercos materiales e ideológicos, los dados echados están, a unos les toca ahora a los otros tal vez después, o en otra vida, entonces lo injusto es lo justo como requisito para superar esta adolescencia humana.
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